La transformación digital de las empresas se dará en todos los sectores y supondrá una aportación importante al crecimiento del PIB y al empleo a nivel general.

La movilidad, la computación en la nube y el big data ya comienzan a ser una fuente importante de negocio, ante la que se están ya tomando posiciones.

Internet de todas las cosas (IoE) es probablemente la tecnología que aportará la mayor parte de la transformación digital. IoE se va a convertir en la tecnología de uso general de nuestra época que podemos comparar a la electricidad en el siglo pasado, donde se conectarán cualquier tipo de cosas y personas. Pero, además, hará posible el desarrollo de Smart cities e Industria 4.0, grupo de tecnologías de fabricación que los alemanes asimilan a la cuarta revolución industrial.

Obviamente, las empresas que ya nacen “nativas digitales” no se tienen que transformar. Las que necesitan transformarse digitalmente son las empresas tradicionales de servicios e industriales, de todos los sectores, ya que es un requisito fundamental para sobrevivir.

El único límite de la transformación digital son las competencias de sus directivos para la innovación y gestión de nuevos modelos de negocio.

En esta unidad vamos a relacionar varios términos que utilizamos habitualmente en el contexto de la economía digital, pero que no siempre relacionamos. El primero es la tecnología, elemento que permite la innovación. Otro término es la innovación abierta, que en muchos casos es la impulsora de la transformación digital de las empresas. A la vez, la transformación digital crea la necesidad de que cambien los modelos de negocio para adaptarse a los nuevos escenarios.